26 abril, 2008

Ratas en la Facultad!!

En el subsuelo de nuestra facultad, caminan y se esconden, pequeños individuos que manipulan, roen y desgastan las bases de nuestra institución, con pelos rígidos y de diversos colores se mimetizan con el hábitat en el cual se desenvuelven, tornando de los elementos de la arquitectura su fuente de ingreso, sus insumos.

Con un conocimiento impresionante, tienen conciencia total de los lugares más recónditos de la facultad, resguardan los secretos más escabrosos de República 105, secretos nunca antes revelados al estudiantado. De los resquicios más pequeños hacen su hogar, su casa, su refugio, escondiéndose en ellos, en el caso de sentirse intimidadas, escondiéndose en resquicios. Roen las bases de la institución, y con los zócalos que dejan el edificio modifica su forma, el proyecto facultad se desvanece, se hunde en sus añosas bases. Por derecho propio, asisten a cuanta charla, conferencia, foro, cátedra, reunión de estudiantes, que se realice en la Facultad, y en ellas dejan sendos aportes que intoxican al estudiantado.

Su conocimiento sobre el Derecho es tal, que han estado presente en innumerables exposiciones de exámenes de grado, han visto algunas caras de felicidad, de las cuales han sido participes activos, como también caras notablemente acongojadas de las que saben fueron causantes.

Sin duda alguna las ratas en la facultad manipulan la vida universitaria de tal forma que están en todos los aspectos de la escuela, se esconden bajo un disfraz amistoso, incluso de total ternura, invitándonos a acercarnos a ellas, son de tal inocencia que las dejamos que se queden, que se refugien en nuestra casa, pero siguen siendo viles ratas. Y no sería tan terrible convivir con las ratas, pero las ratas tienen un problema, no son capaces de contener sus capacidades, y de forma poco común se reproducen a una velocidad tan impresionante, que rebozan la totalidad del hábitat en que se desenvuelven, cual un virus, se posesionan de una molécula, la consumen de tal forma que al final, la destruyen, trayendo consigo la destrucción de su especie o simplemente se trasladan a otra molécula en la cual hacen lo mismo, las ratas al igual que los virus, además de destruir su hábitat tras consumirlo e infectarlo con una serie de parásitos, virus y bacterias, encuentran la forma de salvar sus piltrajas, huyendo de cualquier forma y dejando la tempestad a los habitantes naturales de aquel lugar. No sé si recuerdan al agente Smith de Matrix I (la única película decente de la saga), el cual arguye de forma bastante elocuente como los seres humanos somos el cáncer de nuestro planeta, pues bien, me sirvo de tan magnifica figura para reflejar que las ratas son el cáncer de la facultad. Peor aún, las ratas no sólo se reproducen constantemente, sino que llaman a una legión de ratas igual de ratas que ellas y las invitan a anidar en nuestros lechos, pero al igual que la gripe, parecen contagiar su ranciedad al grupo medianamente inconciente de los pre-embriones múridos, multiplicándose más allá de su capacidad habitual (unas trece veces por año).

Definitivamente, hemos encontrado el eslabón perdido entre nuestra presunta ascendencia hominida a nuestra actual condición sapiente, la rata. O por lo menos, algunos sin duda han derivado de una mezcla bastante incestuosa, por decirlo de una manera elegante, entre el mono y la rata. Las habilidades del homínido erecto con la calidad infecta y destructora del rattus norvergicus, o la también conocida rata de alcantarilla.

Pero la rattus norvergicus al parecer ha decidido salir de sus alcantarillas y elevarse por las escaleras de la institución, y anidar ya no sólo en el subsuelo, sino que elevan su posición, incluso por encima de nuestras cabezas.
Malditas ellas, con sus buenos modales y elegantes trajes de rígido pelo.

Las ratas, seres infectos que con su pestilencia impregnan el ambiente y contagian a los que las rodeamos. No será probable que su inmundicia nos esté ratizando.

Ciego el cretino que no quiera ver.

RATAS EN LA UDP.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que buena publicación.
realmente me parece una descripción "realista" de nuestra querida y ratizada facultad.

Lo bueno de todo esto -creo- es que si no me equivoco existen los desratizantes o al menos los controladores de plaga.

Es posible que siendo concientes de tal nivel de "plaga infecta" en nuestra facultad, lo que siga sea controlarla, para que -por supuesto- podamos algún día extinguirlas, y en el caso que de que esta mezcla hominidoratizada sea inextinguible podamos-al menos- tenderle unas cuantas trampas para que finalmente perezcan de hambre y terminen por suicidarse ante tanta gula.

Saludos.
Bart Simpson.
Ignacio Riveros.

Anónimo dijo...

Lo complejo es que la plaga aumenta y el raticida resulta escaso.
Excelente texto, muy buena iniciativa; Saludos Felipe,

Rodrigo Rivera.

Anónimo dijo...

como te dije antes, me gustó caleta. Todos mis porotos para tí. jajaja.
Saby.

Anónimo dijo...

hay algunas ratas malditas que se visten de terno y corbata, quizás no roen ni viven en los subsuelos, pero tiran igual o más caca que las ratas convencionales...
lo peor de todo, es que esas ratas se hacen llamar doctores o profesores.

Hay que eliminar a todas las ratas de la facultad, pero sin embargo, las ratas nos estan eliminando a nosotros, y están expulsando a los que SI valen.

David Grossman.