Desde los doce pasos.

Casi en los descuentos, en la más pura jerga futbolera, el CAAD parece estar en problemas, parece que el cuarto árbitro le agregó tiempo extra al partido y, para peor, por una falta brutal y gravísima a las Normas Estudiantiles les sanciona desde los doce pasos. Es que a ocho meses de mandato y casi al fin de su gestión la lista de todos parece encontrarse en aprietos.

Y, como en todo equipo de futbol, al parecer no “todos” sus hinchas están contentos. Y como si fuera eso lo más terrible, al “Loco” Sanhueza (y sus 11 pupilos) ahora le empiezan a pesar algunos descuidos, y es que cuando pones a ver videos todo el día a tus jugadores y los mantienes entrenando sin cesar, se te cansan loquillo, y no rinden en los partidos. Lo que puede significar simplemente quedarse en la primera ronda del mundial.

Increíblemente, ni siquiera en las pichangas se deben olvidar ciertas cositas para jugar como se debe a la pelota como por ejemplo:

No infringir el deber de información y de respeto relativo a los acuerdos adoptados por la comisión política que, como sabrán, la mayoría del alumnado ignora por quién y para qué fue constituida. Ello debido a la pésima -sino nula- difusión de información por parte del CAAD.

Lo segundo es que ni a los chamacos de kínder se les olvida informar y publicitar los actos de la Mesa Directiva frente a la representación ante el Consejo de Facultad mientras juegan su importante partido. Es igual de grave a que no marques con chalecos los arcos, ¿quién sabe dónde se hacen los goles si no se demarca el arco? Las decisiones deben ser públicas, de otra forma cómo las conocemos y, peor aún, de otra forma cómo se legitima un Centro de Alumnos.

Por otro lado cuando compras las medallas para el campeonato, ni al más volado de los organizadores, se le olvidaría rendir cuentas, y menos si un estatuto te dice que lo hagas los primeros 15 días del semestre. Los tarritos de tomate no cuentan cuando tienes que comprar medallas.

En lo formal, esas son la razones por las cuales el Consejo de Delegados –pecho frio- POR FIN se puso los pantaloncitos –ya era hora que se taparan sus vergüenzas- para exigir y juzgar públicamente –para bien o para mal- las acciones y omisiones de nuestro CAAD. El Centro de Alumnos de todos.

Este Jueves será un día de esos que a ratos se desean y que, por diversas razones, medias ratonescas, nunca llega. Estimados, la situación es tragicómica, sin importar lo que suceda el día de la interpelación, nuestros actuales representantes prontamente dejarán sus cargos para dar paso al siguiente centro de alumnos electo -que cosechará quién sabe qué- por lo que indefectiblemente su responsabilidad se limitará al peso de sus conciencias.

Sin embargo, no deja de tener un valor simbólico el hecho de que, al final del día, nuestro CAAD será recordado como un Centro de Alumnos de contingencias. Nota aparte merece la cuestión de cómo las enfrentó.