El Peso de la Noche

El tiempo ha vuelto unos 180 años y las palabras del estanquero suenan con mayor fuerza hoy y, al parecer, a los ideólogos del conflicto los versos de Portales les hacen muchísimo sentido, “el peso de la noche”, la propensión de los estudiantes de Derecho al orden social le permiten a nuestras autoridades gobernar sin mayor dificultad.

El desorden, surge como un aullido solitario en medio de la nada y uno que otro insurgente que, hastiado de la tradición al amor por el orden social, inicia un conato que permita a la masa lanzarse contra sus gobernantes. Pero con la misma “sabiduría” de la época, el desorden sólo perdura un par de horas, los rabiosos opositores tras un infructuoso intento ven como el peso despiadado de la mano gubernamental se deja caer de las más diversas formas y termina eliminando cualquier intento de insubordinación.

Y a pesar que a veces las herramientas para aplastar esos alzamientos parecen provenir de las fuentes más diversas, el modus operandi indica que todo brota del mismo glaciar, gélido, espera cauteloso que fluya su plan mientras lentamente se derrite resignado a un futuro de silencio cuando el tiempo transcurra, y deje de habitar en las alturas.

Es que al final del día, todos esperamos que al momento de gobernar nadie nos dirija crítica alguna ni intente menoscabar nuestra tan dificultosa labor, esperamos alguna garantía que ilumine la obscuridad que el conflicto y las críticas generan. Los díscolos son seres molestos que hay que saber callar y para eso las técnicas más efectivas y sutiles sólo sirven si son tan aparentes y oscas que el imaginario colectivo, a pesar de oler la putrefacción de las mañas utilizadas, sea incapaz de notar la real intención del estratega.

El real problema estimados, es que ni siquiera la noche puede aplastar las voces de los que buscan acabar con esa garantía de ineptitud, y sin importar lo espeso de su negritud mantendremos un camino abierto y expedito para así colaborar con el dialogo y la discusión de la manera más clara y respetuosa posible, para que así, informadamente, podamos construir un mejor mañana para que el amanecer no se nuble por la terquedad y la soberbia.

Es por ello que mantenemos nuestro férreo compromiso de informar, criticar y construir una mejor Escuela sin importar cuán duros sean los artilugios que se nos dirijan ni qué tan asquerosos los modos de silenciarnos.